La filosofía en Roma

Los romanos comprendieron pronto que no puede separarse la palabra de la sabiduría, lo que hace que si  no se conservan suficientes textos anteriores al siglo I a. C., ciertas ideas confirman que la filosofía era algo que estaba presente en el sentir y en el obrar de los romanos desde muy antiguo. El romano, no se preocupó demasiado por las teorías sobre el origen y constitución del universo, su gran aportación a la filosofía fue a través de la ética, moral y filosofía del comportamiento. Los romanos se interesaron por la filosofía en la medida en que ésta suponía una guía práctica para la vida. En esta línea se movieron tanto los tres grandes autores que constituyen el corpus de la filosofía romana (Lucrecio, Cicerón y Séneca), como otros menos influyentes.
Los primeros atisbos que se dan en Roma de algo que pueden considerarse filosofía no son sino una serie de reflexioneS morales como las Sententiae de Apio Claudio el Ciego o las Sententiae que, con vistas a la educación de su hijo, escribió Catón el Censor.
Hay que reconocer que Roma experimentó muy pronto la influencia de la filosofía griega, sobre todo del Pitagorismo que se venía desarrollando en el sur de Italia desde finales del siglo VI a. C., y que penetró en Roma hacia finales del siglo IV.

PRINCIPALES ESCUELAS FILOSÓFICAS EN ROMA:
  • EPICUREÍSMO: los epicúreos se planteaban fundamentalmente la búsqueda de la felicidad. No admitían la intervención de la divinidad en los aconteceres humanos y consideraban como bien supremo el placer que consistía en la ausencia de dolor y propugnaban una inhibición ante los asuntos concernientes al Estado, así como una crítica de las tradiciones. Precisamente esa defensa del apoliticismo fue lo que impidió que el Epicureísmo, salvo el caso del poeta Lucrecio, arraigase en Roma.
  • ESTOICISMO: esta doctrina filosófica, para la que el Universo está animado por una llama divina, el "Logos" o Mente, de la que tiene parte todo ser humano, y que cree que la finalidad de la vida, la felicidad, consiste en la Virtud, en la conformidad de la acción humana con las leyes de la naturaleza, que no son más que el orden divinamente impuesto al mundo, y que predica la sociabilidad natural del hombre, tuvo en Roma muchos adeptos. Hay que destacar dos importantes épocas del desarrollo del Estoicismo en Roma.






Comentarios

Entradas populares